Tuina

• Lesiones agudas o crónicas de los tejidos blandos.
• Dolores musculares
• Síndrome de fatiga crónica
• Fibromialgia
• Adherencias postquirúrgicas
• Rigidez articular post-traumática
• Contracturas musculares
• Dolores causados por artritis y artrosis
• Cervicalgías
• Periartritis
• Hernia discal
• Esguinces lumbar y articular,
• Epicondilitis (codo de tenista)
• Dolores de cabeza
• Vértigo, insomnio
• Hipertensión
• Alteraciones de la menstruación
• Diarrea
• Estreñimiento

La técnica que se utiliza en Tuina consiste en realizar movimientos con las manos sobre la superficie corporal, en zonas muy determinadas y precisas, o en puntos claves. La eficacia probada de estas técnicas manipulativas depende de diversos factores que el terapeuta debe aprender a aplicar correctamente, tales como: el tipo de manipulación y la intensidad de las manipulaciones, la característica de las zonas escogidas y de los puntos concretos donde se deben aplicar los distintos movimientos manipulativos. Esto indica que con un movimiento aplicado con cierta intensidad y ejerciendo la acción sobre una determinada zona del cuerpo, se puede conseguir una cierta eficacia terapéutica, e incluso, que movimientos con diferente intensidad y naturaleza, aunque se apliquen en la misma zona del cuerpo, darán distintos resultados terapéuticos.

La Terapéutica de Tuina tiene ocho métodos que utiliza de acuerdo con la naturaleza e intensidad de los movimientos y la zona corporal en que se apliquen: calentar, tonificar, desobstaculizar, evacuar o purgar, transpirar, armonizar, dispersar y eliminar. En la práctica de los métodos de Tuina tienen gran importancia los movimientos. Estos movimientos constituyen los principales medios de la terapéutica. El correcto uso de los movimientos y la habilidad con que se hacen, afectan directamente a la eficacia curativa. La buena práctica terapéutica de la Tuina exige que los movimientos sean constantes, energéticos, uniformes, suaves y, como consecuencia, penetrantes.